
Los españoles y españolas comemos menos, concretamente hemos restado de nuestros platos 250 calorías diarias. Sin embargo, la tasa de obesidad ha crecido entre un 17 y un 21% respecto a hace 20 años. ¿Cómo es posible? La respuesta se encuentra en nuestro estilo de vida sedentario: el 46% de nosotros/as no realiza ninguna actividad física.Las chuches y los videojuegos no son una buena combinación. En las últimas dos décadas, la tasa de obesidad ha crecido de un 17 por ciento a un 21. Una cifra que se aproxima a la que mantiene el país líder en «fast food»: Estados Unidos. «Allí el índice medio ronda el 33 por ciento. En España, aunque aún estamos lejos, hay comunidades que se aproximan al porcentaje estadounidense. Canarias, Andalucía y Extremadura se acercan al 30», asegura Miguel Ángel Rubio, coordinador de Nutrición Clínica y Dietética del Hospital Clínico San Carlos de Madrid. El doctor, así como la mayoría de nutricionistas, señalan un claro causante: el sedentarismo. La vida activa ha pasado a un segundo plano y eso le está pasando factura a la mayoría de los jóvenes que no son conscientes de los problemas metabólicos derivados del exceso de grasa. Agustín Gómez de Cámara, médico de la Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital 12 de Octubre, exonera a la dieta mediterránea de este problema acuciante: «La alimentación tradicional se mantiene aunque consumimos menos hidratos de carbono de los que deberíamos» y sobrepasamos la cantidad de grasa recomendada en cada comida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario