Estas pruebas se denominan exploraciones complementarias, y como su propio nombre indica complementan o ayudan en la realización de un diagnóstico a las pruebas básicas y fundamentales que son la exploración clínica y la anamnesis. La exploración clínica implica ver, tocar y manipular la zona lesionada y las adyacentes en busca de signos que nos orienten hacia el diagnóstico. Anamnesis (entrevista clínica), es el nombre con el que se designa a la toma de datos y serie de preguntas que se realizan al paciente de qué o como ha ocurrido la lesión, como y cuando le duele la zona afectada, etc. Una buena anamnesis y adecuada exploración clínica pueden ser suficientes en muchísimos casos para realizar un correcto diagnóstico y establecer la pauta de tratamiento adecuada.
Por ejemplo, una pregunta tan sencilla como es saber si debido a una lesión, ha tenido que abandonar el juego o a pesar del dolor, ha podido continuar, nos ayuda de manera importante a determinar la gravedad de esta. Por supuesto, eso no quita la gran ayuda que estas pruebas complementarias, que he citado, así como otras muchas (gammagrafías, escáner o TAC, densitometrías óseas...) nos supone a la hora de confirmar un diagnóstico. Las nuevas tecnologías nos están permitiendo grandes avances en la medicina actual, pero a igual que la música empieza en una cuerda que vibra en un violín o una guitarra gracias a la acción de las manos y termina en un CD o un MP3, la medicina empieza en una comunicación directa paciente médico, y esto no se debe olvidar.
Por otro lado, también debemos tener en cuenta que en muchos casos los tratamientos médicos son engorrosos, pesados y requieren de una disciplina por parte del paciente, sobre todo cuando estos implican de la realización de técnicas de rehabilitación, bien que el paciente debe realizar por su cuenta, si son sencillas, o bien con la ayuda de un fisioterapeuta. A todos nos gustaría cuando tenemos un problema que nos dieran una pastilla que nos lo quitara y ya esta, ojalá pudiera ser así, opino como médico y también como paciente eventual. Pero en muchas ocasiones la curación de una lesión o enfermedad requiere de una actitud activa por parte del enfermo, de coger el toro por los cuernos y trabajar para curarse, y esto a veces, no nos gusta y bien por pereza, por impaciencia, por la progresión tan lenta en ocasiones o por falta de capacidad de sufrimiento, lleva al paciente al abandono del tratamiento, a la no curación y la solicitud de más pruebas, a la búsqueda de otros diagnósticos que nos puedan convencer más, y a un rotar por más y más médicos, y otros 'no médicos' en busca de una curación fácil.
Pero ojo, mucho cuidado, no nos confundamos, no estoy diciendo que el paciente no tenga todo el derecho del mundo a que se le realice un correcto diagnóstico de su problema, más aún, debe exigirlo, faltaría más; así como es nuestra obligación hacer todo lo que este en nuestras manos y nuestros conocimientos para llegar a ese diagnóstico, como hace todo buen profesional. Pero es este, el médico, quien debe decidir si se debe hacer esta o aquella prueba, y hacerla solo si es necesaria con el único objetivo de realizar un diagnóstico certero que nos permita pautar el tratamiento adecuado.
La resonancia no cura, ni siquiera en ayunas.
Fuente: La Verdad (9-5-11). Autor: Francisco Cuenca, médico especialista en Medicina del Deporte, así como experto en Fisiología del Ejercicio y Alto Rendimiento Deportivo.
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