miércoles, 20 de abril de 2011

DEPORTE... ¿EL MEJOR MEDICAMENTO?

Constantemente escuchamos que hacer deporte es muy bueno para la salud, que todo el mundo debería hacer más actividad física, pero el deporte cansa, fatiga, te hace sudar, puede generar lesiones, ¿de verdad es tan bueno?, ¿no es una moda?, ¿en qué nos ayuda realmente?.
Voy a informar hoy de qué enfermedades ayuda a prevenir la práctica del deporte, en cuáles mejora los síntomas, cuándo hace que disminuya el índice de recaídas o ayuda a reducir el consumo de fármacos.
Enfermedades cardiovasculares como la arterioesclerosis, angina de pecho, cardiopatía isquémica o infarto de miocardio se ven beneficiadas por la práctica regular y constante de actividad física, ya que esta reduce el índice de colesterol, baja la tensión arterial y reduce la obesidad, factores claves para estas enfermedades del corazón.
Los enfermos con diabetes, sobre todo los de tipo 2 (los que no se pinchan insulina) ven reducido sus niveles de azúcar en sangre con la práctica regular de ejercicio moderado.
Los pacientes hipertensos reducen sus niveles de tensión arterial y necesitan menos dosis de medicamentos con la práctica regular de actividad física programada.
Los enfermos con depresión y/o ansiedad ven reducidos la intensidad de sus síntomas y retrasan la aparición de las recaídas cuando realizan, con cierta constancia, un deporte moderado no competitivo.
En la osteoporosis podemos comprobar cómo el deporte ayuda a incorporar el calcio de la alimentación a los huesos, reduciendo el nivel de ésta y mejorando la fortaleza del esqueleto óseo.
Enfermedades oculares como el glaucoma (aumento de presión ocular) o la degeneración macular (lesión en la retina) se ven beneficiadas por la práctica regular de actividad física, ayudando en su prevención, retrasando su aparición o mejorando sus síntomas.
En la artrosis y dolores óseos-musculares encontramos que si bien la actividad física no cura estas patologías, sí ayuda a reducir sus síntomas y mejoran la movilidad e independencia del paciente.
Cáncer. Cuando hablamos de estas enfermedades, hay que tratarlas con el mayor rigor científico posible, ya que quien las padece, debido a su gravedad, es muy susceptible de creer en cualquier remedio que lea o escuche, así que trataré de ser muy cuidadoso con lo que comente. Un estudio de la Universidad Queensland, Brisbane (Australia) ha revisado todo las publicaciones científicas de los últimos treinta años al respecto, de la relación entre cáncer y ejercicio; y las conclusiones vienen a decir que aunque los datos todavía son pocos, parece ser que el ejercicio físico es beneficioso en la prevención de determinados tipos de cáncer como el de colón y el de próstata, pero se necesitan más estudios. Por otro lado, sí que está demostrado que la práctica de ejercicio moderado reduce los niveles de fatiga, ansiedad, depresión y estrés de los pacientes antes, durante y después de ser tratados de esta enfermedad.
Las campañas de promoción se quedan cortas; las charlas, anuncios publicitarios o artículos en los periódicos no son suficientes; se necesita un plan serio de promoción de la actividad física y el deporte. Un punto clave de este plan serían los centros de salud. Aquí sería necesaria la presencia de un profesional, licenciado en Ciencias del Deporte, que no solo informe de los beneficios de la actividad física o se limite a dar consejos, sino que a modo de consulta individualizada, realice un plan de entrenamiento personal para cada paciente, en función de su patología, teniendo en cuenta su edad, peso, si ha practicado (o no) deporte en alguna ocasión,... y que, además, le realice un seguimiento de la planificación entregada, realizando los ajustes oportunos y comprobando el grado de cumplimiento del plan. Esta actividad física debería ser complementada con una dieta individualizada adaptada a cada paciente, diseñada por un Nutricionista, el cual también se encargue de realizar los oportunos ajustes conforme pasan las semanas y lleve el control de su cumplimiento. Todo ello dirigido y coordinado por su Médico de Familia con el asesoramiento de un Médico especialista en Medicina del Deporte. Con este proyecto conseguiríamos una reducción del número de consultas y listas de espera, una disminución del consumo de medicamentos, reduciendo el gasto farmacéutico, y una mejora de la calidad de vida de nuestros ciudadanos.
Fuente: La Verdad (18-4-11). Autor: Francisco Cuenca, médico especialista en Medicina del Deporte, así como experto en Fisiología del Ejercicio y Alto Rendimiento Deportivo.

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